Experiencia en el Comedor Filo Chico
Entre estos lugares se hizo especial hincapié en el Comedor Filo Chico ubicado en Brandsen y Mozart. Allí el profesor Jorge Dávila fue el encargado de trabajar con los niños y jóvenes y los resultados fueron tan importantes que los directivos del comedor pidieron a la ONG Emanuel Lasker una extensión del período laboral, ya que los niños habían mostrado mejorías tanto en la conducta como en el aprendizaje escolar.
La actual directora del comedor Filo Chico, la Licenciada Marcela Ferrariolo, se sumó a este programa en enero, el cual tiene 20 años de vigencia, y cuenta con una capacidad para 30 chicos. Hoy trabajan con 26 y se encuentra en refacción para poder llegar a un número de 40.
La idea es que los chicos que asisten tengan una mejor oportunidad. Allí se les ofrece almuerzo, merienda, recreación, apoyo escolar y taller literario.
Además se trabaja a través de un equipo de psicólogas, con el grupo familiar de los chicos.
La Licenciada Ferraiolo estaba realmente sorprendida por la participación masiva que tienen los jóvenes respecto del taller de ajedrez y comentó a las autoridades de la ONG Emanuel Lasker que para algunos chicos, Jorge fue como una figura paterna, estando muy pendientes de su llegada para empezar a jugar bajo la atenta mirada del profesor.
Asimismo notaron una mejor organización y desempeño en las tareas y una mejora en la atención. Por ejemplo, Jordi, uno de los chicos del comedor, venía con algunos problemas en la escuela, con repetición, malas notas y él mismo contó que en los últimos 15 días obtuvo cinco diez.